La sociedad de consumo promueve una extraña relación con la cultura, muy ajena a los fines propios de la creación: se habla de “productos culturales”, industria cultural y otros términos semejantes, que connotan un enfoque mercantilista y materialista. Según ese lenguaje, los seres humanos somos “consumidores”, o bien “usuarios” de tales “productos”, regidos por las reglas implacables del mercado o las leyes de la oferta y la demanda. En general sujetos pasivos, que adquieren bienes, pero apenas si intervienen en los procesos que los generan.
Frente a estas realidades, en Nueva Acrópolis pensamos que la cultura se debe practicar, pues cada ser humano tiene habilidades que sueña con desarrollar y ofrecer generosamente los frutos a los demás. Se puede comprobar en la sección de noticias de nuestra página la variedad de manifestaciones de la cultura práctica que disfrutan nuestros públicos: conciertos, recitales, representaciones teatrales, exposiciones, sin olvidar los talleres de capacitación en una rica gama de especialidades, con el objetivo de disfrutar de los efectos beneficiosos de alimentar el alma y comunicar la felicidad que se deriva de estos actos entusiastas y generosos.
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