La industria alfarera nace en el Neolítico y llega hasta nuestros días. Sus restos hacen feliz al arqueólogo, puesto que permiten la datación con un error mínimo de años. Y las más hermosas de las piezas son las sigillatas, es decir, las que llevan grabados.

La sigillata hispana es hermosa y de excelente técnica. Muchas de las canteras de arcilla utilizadas hace más de 2.000 años siguen hoy en uso; sin embargo no conocemos las técnicas de extracción y transporte que utilizaron. Debía almacenarse en pozos recubiertos de placas de arcilla cocida, y en la localidad andaluza de Bazeres se ha hallado un depósito en forma de cubeta que se supone destinado a batirla.

Utilizaban moldes a torno, con el interior decorado, que se usaban para la producción en serie de vasos y platos. La existencia de marcas de alfarero indican que había diferenciación de talleres y de artesanos. Las marcas se hacían con pequeños punzones o con ruedecillas. Debían ser de la mayor importancia, porque es muy difícil encontrarlos en talleres, y sí en casas particulares los pocos que hay.

En las sigillatas la operación de secado se efectuaba dos veces: una con la pieza recién sacada del torno, para obtener una deshidratación completa, y otra después del barnizado. Los secaderos eran recintos cerrados para evitar los cambios de temperatura.

El horno para la sigillata es como los otros: la cámara de cocción, el lecho para combustible y la rejilla para las piezas. Pero tiene algo que lo hace distinto y sofisticado: un sistema de tuberías que atraviesa las paredes y permite evitar que el fuego y los gases entren en contacto directo con las sigillatas. Así, cocida solo por el calor, su textura y color son inimitables.

Las tuberías halladas en Andújar tienen estrechamientos para su ensamblaje. Las junturas se sellan con arcilla fresca. Después de la cocción de la pieza y del desmontaje de las tuberías, estas junturas se rompen y tiran, por lo que se encuentran masivamente. Por fortuna, esos pequeños elementos, así como los separadores de piezas, no tienen el menor valor monetario y han permanecido cientos de años en su rincón, ocultos a la codicia de los humanos.

Conocer el nacimiento de nuestras cerámicas, de la hermosa sigillata, es conocer la antigua vida de Iberia.

admin

Entradas recientes

Las geishas. El mundo de las flores y los sauces

Introducción Vamos a intentar adentrarnos en ese enigmático y misterioso, mundo de las geishas, conocido…

9 horas ago

El primer milenio de Roma

Era una ciudad y se convirtió en un Imperio: el más vasto, majestuoso y soberbio…

7 días ago

El pensamiento renacentista

El Renacimiento representa una espléndida aurora, un auténtico despertar de la conciencia del ser humano,…

2 semanas ago

La filosofía, herramienta anticrisis

En los días que vivimos es un sentir generalizado que nos ha tocado vivir unos…

3 semanas ago

Gemistos Pletón

Durante toda la Edad Media el conocimiento que se tuvo de los filósofos griegos fue…

4 semanas ago

El paisaje como síntesis de la actividad humana

Habitualmente, cuando de forma coloquial nos referimos a “espacios naturales”, “ecosistemas naturales”, o cualquier otro…

1 mes ago