Aso, ¿s. V a. de C.?
¿Quién es ese carnero,
que discurriendo va por el gentío?
¿Ese parlero de Aso?
¿Ese mortero, estólido, gallina?
Sufría con paciencia la burla de sus condiscípulos; y como se oyese llamar asno, se conformaba y decía que «él solo podía llevar la carga de Zenón». Prefería su pobre vida a la de los ricos, diciendo:
«Mientras ellos juegan a la pelota, yo cavo la tierra yerma y estéril». Disputando una vez con otro joven, le preguntó si sentía, y diciéndole que sí, respondió Cleantes:
«¿Pues cómo no siento yo que tú sientes?».
Como el poeta Sositeo se le pusiese delante estando en el teatro y le dijese:
«A quienes la estulticia de Cleantes conduce como bueyes (significa: no solo conducir como bueyes, sino también destruir, corromper, etc.)».
No se alteró ni inmutó en nada. Admirados de esto los circunstantes, aplaudieron a Cleantes y echaron de allí a Sositeo; más arrepentido este de haberlo ultrajado, fue por aquél admitido, diciendo que «era un absurdo indignarse él por una palabra injuriosa, cuando ni Libero-Padre ni Hércules se indignan burlados de los poetas».
Dicen que escribía en ostras y en omoplatos de buey cuanto había oído a Zenón, careciendo de dinero para papel. Así que, siendo tal, consiguió solo él entre tantos discípulos ilustres suceder a Zenón en la escuela.
Dejó excelentes libros, algunos de los cuales son: «Del tiempo»; «De la filosofía de Zenón»; «Del sentido»; «Del arte»; «Contra Demócrito»; «Contra Aristarco»; «Contra Herilo»; «Del apetito»; «Antigüedades»; «De los dioses»; «De los gigantes»; «De los himeneos»; «Del poeta»; «Del oficio»; «Del buen consejo»; «De la gracia»; «Exhortatorio»; «De las virtudes»; «De la buena índole»; «De Gorgipo»; «De la envidia»; «Del amor»; «De la libertad»; «Arte amatoria»; «Del honor»; «El político»; «Del consejo»; «De las leyes»; «Del juzgar»; «De la educación»; «De lo honesto»; «De la amistad»; «Que la virtud de los hombres y mujeres es toda una».
Igualó en edad a Zenón, y vivió ochenta años, como dicen algunos, habiendo sido discípulo suyo por espacio de diecinueve.
Extraído de Vida de filósofos ilustres
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