Uno de los motivos de este trabajo ha sido, partiendo del magnífico monumento que en honor a San Jorge se erigió en la Catedral de Estocolmo, así como una réplica de este en la ciudad vieja de esta capital[1], estudiar el origen artístico, así como analizar las diferentes versiones y leyendas que de este santo nos encontramos a lo largo y ancho de todo el mundo medieval. Concretamente la estatua que nos interesa tiene un origen histórico ocurrido a finales del 1400.
Kristofer de Bayern había gobernado como rey en la unión escandinava hasta su muerte en 1448. Dinamarca y Noruega recibieron como nuevo regente a un alemán llamado Conde de Oldenburg. El nombre que adoptó al ser coronado fue Kristian l. En Suecia se había reconocido alternativamente a Karl Knutsson Bonde (Rey tres veces) y a Kristian I. Diferentes luchas se habían establecido entre los dos reyes, estableciéndose un grupo de seguidores y al mismo tiempo aquellos que estaban en contra en su propio país.
En el verano de 1471, un año después de la muerte de Karl Knuttsson, llegó Kristian por mar a Estocolmo acompañado por 17 barcos y 5000 soldados. Su intención era reclamar su derecho a la corona sueca. Se encontró con una organizada resistencia comandada por Sten Sutre que había sido elegido nuevo mariscal después de la muerte de Karl Knutsson.
Sten Sture consiguió entre los agricultores a sus mejores aliados que se unieron a él de diferentes partes de Suecia. Poco a poco se fue adhiriendo gran parte de Estocolmo así como parte de la nobleza. En octubre de 1471 se encontraba preparado para la marcha saliendo hacia el norte de Estocolmo. En la terminación de Brunkebergsasen, entre la plaza actual de Gustav Adolf y la plaza de Brunkeberg tuvo lugar la confrontación que terminó con la capitulación de Kristian I quien se retiró con su flota hacia Dinamarca.
Después de esta batalla siguió un largo proceso de paz. Sten Sutre siguió gobernando el país hasta su muerte en 1503.
Sten Sture quiso inmortalizar este triunfo sobre los daneses haciendo construir una obra de arte de San Jorge y el Dragón, donde este último simboliza al enemigo danés que vino a invadir Suecia. Esta obra fue encargada al escultor Bemt Notke de Lubeck, quien en 1480 realizó una estatuaria en madera inmortalizando el hecho histórico.
Dentro de la imaginería medieval, una de las más populares y también de las más representadas ha sido la de S. Jorge a caballo con su espada, jabalina o lanza, luchando contra el dragón, presentándonos a este rendido a los pies del santo.
La leyenda más conocida del repertorio del Santo es la escrita en 1300 por el Obispo de Genua, Jacobo de Voragine.
Libia, ciudad de Silene, estaba amenazada por un dragón que moraba en un pantano y que contaminaba a la ciudad soplando unos gases venenosos. Para mantenerle calmado había que pagarle un tributo diario de dos ovejas. Poco a poco ·el pueblo se fue quedando sin reservas hasta el punto en que los habitantes tuvieron que suplir con su propia vida el tributo diario. Todos los días se sorteaba un niño. En uno de los sorteos la desgracia recayó en la hija del rey. Ninguna súplica valió y la princesa tuvo que ser llevada al sacrificio. La princesa iba ataviada con ricos vestidos de terciopelo con adornos de oro, y un ovillo de hilo rojo con el que arrastraba una oveja como compañera de sacrificio. Al pasar ante la catedral cayó de rodillas abatida ante su aciago destino.
El tribuno de Capadocia, Georgius, quien accidentalmente llegaba solo cabalgando hacia Silene, se encontró con el séquito real. La princesa asustada le gritó: ¡Monta rápido y huye para que no encuentres la muerte al mismo tiempo que yo! El tribuno le pide una explicación a sus extrañas palabras. Mientras la princesa le explicaba la desgracia que soportaba su pueblo desde hacía tiempo, el dragón sacó la cabeza del pantano (esta escena está representada en un relieve del monumento de Estocolmo), Georgius desmonta, y llevando consigo una cruz se dispone a la ofensiva. Nadie como Carpaccio de Sinola ha descrito el galopar con tanta decisión y convencimiento. Con un fuerte golpe de lanza tiró al dragón al suelo, no lo mató, pero lo dejó malherido y sin fuerzas para seguir luchando. El caballero dijo a la princesa: «No tengáis miedo, muchacha, sino que deshila el ovillo y ata con él el cuello del dragón». Así lo hizo, mientras el dragón les seguía como un perro. La comitiva así formada recorrió la ciudad levantando el pánico a su paso. El caballero habló para tranquilizar al pueblo y prometió mostrar al dragón si este se dejaba bautizar. El rey y sus súbditos accedieron, dando seguidamente muerte al dragón. El rey hizo construir una catedral en honor a la Virgen y a San Jorge. Aquí acaba el relato de San Jorge. Jacobo de Vorágine añade con una gran precisión científica que en algunos libros se lee como S. Jorge mató al dragón ya en la primera confrontación. La leyenda cuenta que el jinete se convirtió en creyente y en mártir.
Más tarde los emperadores Diocleciano y Maximiano comenzaron las persecuciones contra los cristianos. Muchos murieron en esa época en defensa de la nueva fe. Se dice que San Jorge conmovido repartió sus propiedades a los pobres (escena que figura en otro relieve en Estocolmo). San Jorge cambia su traje de caballero por el de cristiano. La capa está totalmente recogida según la costumbre de finales de 1400. Muchas crónicas lo describen como un traje de creyente cristiano en tiempos de Diocleciano. Después se convirtió en procónsul de Daciano. Pero este, enemigo de la nueva fe, le tortura echándole sal en las heridas. Daciano mandó llamar a un mago que preparara una pócima venenosa ,sin resultado, entonces el Emperador intenta matarle primero con una cuchilla en forma de rueda y después con agua hirviendo. Georgius se salva milagrosamente de las dos terribles torturas[2].
En el siguiente episodio Georgius se dirige al templo de Apolo orando en voz tan alta que la construcción se derrumba. Más tarde Daciano totalmente amargado y enfurecido retoma la persecución del mártir. A esto le sigue un relato novelado donde se cuenta el encuentro de San Jorge con la emperatriz Alexandra, mujer de Daciano, a quien su conversión al cristianismo la lleva al martirio. Finalmente San Jorge es ejecutado cortándole la cabeza y pasando de esta forma al mundo de los mártires santos.
Hasta aquí llega la Leyenda Áurea de Jacobo de Vorágine, la cual está casi toda ilustrada en el monumento de Estocolmo, aunque uno de los relieves no sigue la leyenda punto por punto.
Los dos hijos del conde de Palestina, Teodoro y Demetrio, fueron abandonados en aras del amor y admiración hacia su hijo más pequeño, Georg. Los dos hermanos se dedicaron a las cruzadas contra los herejes. El mayor en España y el menor en Capadocia. Los herejes escribieron al emperador de Roma con súplicas de ayuda contra el gran guerrero Georg. Maximiano y Diocleciano se dispusieron a combatir a Georg. Los hermanos volvieron de España donde se encuentran con su amado hermano y escuchan atentos los relatos de las batallas y las revelaciones de sus futuros éxitos Georg abandona sus tropas y a sus hermanos y se presenta ante el emperador reconociendo su nuevo credo y animando a la gente a su conversión. Esta manifestación clara de sus ideas religiosas le lleva a la prisión donde es torturado. Allí se le aparece Cristo que le da fuerzas. Es apaleado y más tarde llevado a vivir a un burdel en un barrio pobre, en casa de una viuda con un hijo enfermo, donde las condiciones de vida son tan precarias que Georg casi se muere de hambre. Un ángel le aconseja que abrace una columna triangular la cual florece con hojas verdes, plantas y una corona de flores y frutas, convirtiendo la vivienda en ruinas en un paraíso, donde los manjares se sirven en piedras preciosas. La viuda y Georg se sientan ante la mesa llena de manjares. El hijo enfermo, recobra la salud y este agradecido besa al santo. El pueblo está asombrado ante este milagro. El santo es recibido por el emperador y la emperatriz. Se le recomienda que haga un sacrificio al dios Apolo. Georg envía al hijo de la viuda a recoger al dios del templo. Recorren el pueblo con la imagen desde su santuario hasta el palacio de los emperadores, seguido del pequeño niño con una varita. Ante la corte se obliga a la imagen a reconocer su naturaleza diabólica saliendo de su interior un demonio.
Profundamente afectada la emperatriz abraza el credo cristiano, siendo torturada y decapitada. Georg es atacado por una rueda de siete cuchillos la cual corre detrás de él dando cuchilladas sin herirle. Georg es despedazado en cuatro y muere, pero es despertado por un ángel, reapareciendo ricamente engalanado con una corona y un cinturón de piedras preciosas. Los herejes enfadados exigen un nuevo milagro. Él hace que doce sillas viejas florezcan. Resucita a los muertos y les hace ser testigos del sufrimiento del purgatorio. Pero el juez no se conforma sino que intenta destruirlo con nuevas torturas . Sobrepasa todas las pruebas hasta que al final es puesto en libertad.
La leyenda ahora se refiere al dragón como ya es conocido. Cabalgando clava al dragón su lanza hasta que cae. Toda la historia es, más o menos, como en la leyenda áurea. El vencedor viaja ahora a Persia, donde el hereje, rey Daciano, le apresa, le cuelga, le pega, le quema y le extiende sal en las heridas. Todo ello lo sobrelleva sin ninguna herida hasta que se llama al mago para envenenarle, pero la pócima no funciona, el héroe es hervido en plomo, pero se recupera. Simula que reza a Apolo en el templo, pero este es quemado por el fuego que desciende del cielo y mata al hereje. De allí es llevado preso ante el enfurecido emperador, quien dispone nuevas formas de tortura. Más tarde es decapitado.
Es necesario resaltar que el texto de Jacobo de Voragine no era el único existente en aquella época, sino que por el contrario, había otros relatos también al alcance de los artistas del 1400 como los de Lubeck en 1499, Augsburg 1494 y Nuremberg 1488, los cuales tenían un temperamento literal más de acuerdo con la naturaleza de un San Jorge de 1400. Seguramente, la obra de arte ha estado inspirada en los legendarios y pintorescos textos, aunque también la relación puede ser a la inversa, encontrando textos inspirados claramente en el arte medieval. En la pasión (martirio del santo), nos encontramos, por ejemplo, una clara correspondencia literal con el San Jorge de Estocolmo, en la riqueza del traje, la corona y el cinturón de piedras preciosas.
Las imágenes artísticas, que durante el medioevo se fueron desarrollando de acuerdo con la realidad del momento, hicieron que la literatura se inspirase en estos motivos artísticos. Así vemos, que el arte va saliendo del mundo de las ideas para pasar al mundo de la acción. Un ejemplo de ello lo encontramos en el martirio de S. Jorge, donde los ángeles, al igual que el santo, están representados con casco, dándonos una idea del mundo medieval del momento.
El monumento de Estocolmo fue realizado entre 1484 y 1489, y aunque el texto referido fue impreso como pronto en 1488, esto no quiere decir que la historia no fuese conocida anteriormente por Notke, bien a través de transmisión oral o de manuscritos anteriores.
Todas las leyendas que han llegado hasta nosotros cuentan la lucha de la misma forma. San Jorge mata con un golpe de lanza al dragón, lo que no está de acuerdo con nuestro grupo en Estocolmo, al mismo tiempo que se relaciona con la fortaleza heroica de la iconografía del Santo.
Lo primero que notamos es que ningún dibujo de la lucha con el dragón es anterior al 1100. Las versiones anteriores se refieren al martirio del santo. En «Af aufhauser» tomado del texto griego normal dice: Georg corrió (a pie) al encuentro del dragón y con la ayuda de Dios, le obligó a rendirse a sus pies. Más tarde es apresado el dragón con el cordón de la princesa y las riendas del caballo. Georg sube a la silla de montar y toda la procesión marcha hasta la ciudad. Después de que los habitantes declaran su conversión, el jinete hace agachar al caballo el cual se sitúa con las cuatro patas encima del monstruo, saca la espada y mata al dragón. De la mima época, 1100, es la historia latina más antigua referente a la lucha con el dragón, similar a la contada: Georg camina deprisa al encuentro del dragón, venciéndole por medio de oraciones y mostrándole la cruz, lo que hace del monstruo temeroso un manso animal. Después le pide a la princesa que suelte su pelo y que le preste la cinta de su cabello para apresar al dragón. Ambos detalles son interesantes para nuestra ilustración de la princesa.
Volviendo al origen del tema, esta lucha en las leyendas más antiguas esta reducida a una escena, y el santo no lleva ni arma ni caballo, elementos necesarios para dar muerte al monstruo. Por lo tanto, vemos dos fases de la pelea: primero, mágica a pie; segundo, material a caballo. Está claro que la segunda escena es de una naturaleza más material que con el tiempo se ha fundido en una. Hay que destacar que además existe una tercera forma: Jacobo de Voragine dice conocer un antiguo texto donde el dragón es dado muerte en el primer golpe de lanza.
La leyenda ha crecido también más allá del arte. Las imágenes de Georg, son en su origen realizadas con sentido alegórico del vencedor en parte a pie en parte a caballo, descrito por los artistas naturalistas como un relato épico. La epopeya continua en diferentes episodios en una leyenda única con variaciones en las imágenes de Georg. S. Göran a pie con el dragón bajo sus pies totalmente manso y dominado, el héroe triunfante sobre un alegórico dragón se convierte en la muerte del ya resumido dragón. Finalmente la segunda escena de lucha lleva a la primera confrontación, sin embargo, el golpe de clemencia como en la Leyenda Aurea, es descrito en detalles generales.
La evolución del dragón dentro del arte cristiano es igual de variada, rica e importante como en cualquier santo.
En las imágenes bizantinas aparece la figura del santo tal y como lo conocemos, mientras que el dragón está simbolizado por una serpiente, sin embargo, en occidente el dragón tiene dos alas y dos patas, recordando a un nombre de animal del mundo de la fábula de la fauna del medioevo, es decir, basilisco. El dragón del 1400 tiene cuatro patas y su columna vertebral y extremidades se parece a un perro elástico y vigoroso.
Durante la última mitad de siglo XV, el animal se convierte en grande y violento, el cuerpo alargado, vestido de escamas, patas más cortas, y hocico prominente, pudiéndose definir como un cocodrilo. En Schongauer se ve esto claramente. Va tan lejos que, en favor de la verdad zoológica se sacrifica las alas tradicionales. Se tuvo en cuenta la imagen real del cocodrilo y se pensó en las generaciones venideras de dragones en las leyendas. En un incunable alemán en Livius de 1507, se describe la caza del dragón, como un cocodrilo africano que era claramente el prototipo del animal de la época.
En este sentido, puede el dragón de la obra de Estocolmo solamente igualarse a través de su tamaño, que seguramente es superior a la mayoría de los demás dragones. teniendo además otras características, que le acercan a la idea del dragón chino.
El dragón de Bemt Notkes es, con su sentido chino, único. En los bosquejos de Jacobo Bellinis, aparece una caza de dragón, es decir el mismo tema como en la ilustración de madera alemana. El animal tiene también aquí achinadas la flora, con cuernos de ciervo y completa analogía con los ricos y largos cuernos de alce de nuestro dragón. La característica en el dragón de Bellinis es el viejo basilisco, mientras que el dragón de Notkes es en cierta forma familia del cocodrilo de su tiempo.
Cuando los dioses solares pelean con monstruos, como por ejemplo Horus con el cocodrilo o Apolo con la serpiente pitón o Sigfrido contra el dragón, la lucha es en parte un símbolo del espíritu contra la materia, de la luz contra las sombras, también representa la dualidad del triunfo del día sobre la noche y de la primavera sobre el invierno. La princesa es el símbolo del renacimiento de la primavera, liberada por el dios Tor, dios del verano, de la cárcel del invierno. En muchas leyendas se describe el pelo de la princesa suelto y al aire como la representación de la luz del sol. Esta imagen está de acuerdo con la princesa de la estatuaria de Estocolmo, con pelo largo y suelto.
Según H.P.B. el dragón es un monstruo antediluviano. En las antigüedades babilónicas se alude a él en su calidad de escamoso, y en multitud de piedras preciosas está relacionado con Tiamat, el mar. «El Dragón del Mar» es mencionado con frecuencia en Egipto, es la estrella del Dragón (después la estrella del Polo norte), origen de la conexión de casi todos los dioses con el Dragón. Bel y el Dragón, Apolo y Pitón, Osiris, Tifón, Krishna y Kaliya, Sigurd y Fafnir y finalmente San Jorge y el Dragón, vienen a ser lo mismo. Todos ellos eran dioses solares y dondequiera que encontremos el Sol, allí está igualmente el Dragón, símbolo de la Sabiduría: Toth-Hermes. Los hierofantes de Egipto y de Babilonia se titulaban «Hijos del Dios-serpiente» e «Hijos del Dragón». «Yo soy una Serpiente, yo soy un Druida», decía el druida de las regiones celtobritánicas, porque tanto la Serpiente como el Dragón eran símbolos de la Sabiduría, de la inmortalidad y del renacimiento. Como la serpiente suelta su antigua piel sólo para reaparecer con otra nueva, así el Ego inmortal abandona una personalidad sólo para adquirir otra. Así el Dragón de la Sabiduría es el Logos, el Mundo, «el Hijo idéntico con su Padre». Todos los Logoi de todos los antiguos sistemas religiosos están relacionados con él y simbolizados por serpientes. Bajo otro aspecto, tal Dragón representa la Sabiduría divina o Espíritu, y también el Manas, el alma humana, la Mente, el Principio inteligente, llamado en filosofía esotérica el quinto principio. Es símbolo del conocimiento oculto.
Por ejemplo, Serapis en Egipto era un gran dios solar que reemplazó a Osiris en el culto popular, y en honor del cual se cantaban las siete vocales. En sus representaciones se le hacía aparecer muchas veces como una serpiente, un «Dragón de Sabiduría». Era el dios más grande de Egipto durante los primeros siglos del cristianismo.
Hermes llamaba a la serpiente el más espiritual de todos los seres; Moisés iniciado en la sabiduría de Hermes, siguió su ejemplo en el Génesis; siendo la Serpiente de los gnósticos, con las site vocales sobre su cabeza, el emblema de las siete Jerarquías de los Creadores septenarios o planetarios. Sin embargo, todos ellos establecen una diferencia entre la Serpiente buena y la mala (la Luz astral de los cabalistas); la primera encarnación de la Sabiduría divina en la región de lo Espiritual, y la segunda, el Mal, en el plano de la Materia. Pues la Luz astral, o el éter de los antiguos paganos, es Espíritu-Materia. Comenzando en el puro plano espiritual, se hace más grosera a medida que desciende, hasta que se convierte en Maya, o tentadora y engañosa serpiente en nuestro plano. Jesús aceptó la serpiente como sinónimo de Sabiduría, y esto formaba parte de sus enseñanzas: «Sed prudentes como la serpiente», dice. A los sabios y a los Iniciados perfectos se les ha dado el nombre de Serpientes, y en tiempos antiguos la serpiente era considerada como el primer rayo de luz emanado del abismo del divino Misterio.
El dragón como hemos visto, es un personaje desconocido en la leyenda hasta 1100, lo que parece increíble, dado que la lucha con el monstruo es considerada lo más importante de la historia.
En el monumento de Estocolmo, el artista ha resaltado la batalla con el dragón más que cualquier parte de la leyenda, tanto es así que 400 años más tarde, la historia de la batalla era conocida por cualquier hombre, mientras que la leyenda relatada en los relieves permaneció para la mayoría desconocida, menos para una pequeña élite preparada.
El hecho de que el santo durante 800 años y en miles de imágenes haya continuado apareciendo en guerra contra el dragón ha ocasionado una natural inclinación de los investigadores de leyendas de buscar el origen de esta, justamente en este motivo, viéndose una clara relación con otros héroes de monstruos en la edad media, como San Miguel, es decir, un símbolo del triunfo sobre el mal, pero también un antiquísimo mito natural.
Los milagros de San Jorge en el periodo de torturas, las cuales tienen todas un elemento en común, muestran sobre todo, múltiples ejemplos y símbolos relativos a la naturaleza. Sillas que florecen, columnas donde florecen plantas y frutas, el dragón es llevado muerto fuera de la ciudad por cuatro bueyes. No podemos olvidar que el nombre de Georgios significa «labrador» que su día es el 23 de abril, un día antes de la noche de Walpurgis, la gran fiesta de la naturaleza. Estos elementos tienen relación con la primavera, verano, o la deidad solar referidas anteriormente.
La fiesta de San Jorge se celebra aún en Grecia, llamada la fiesta de primavera de los agricultores. Los serbios, rumanos y búlgaros también reviven esta fiesta con la danza de San Jorge. Es como si representara a un dios de la naturaleza en el cristianismo primitivo, algo que parece lógico pensar analizando la trayectoria cristiana, dado que es un hecho conocido que en la antigüedad los dioses estaban unidos al símbolo del dragón, representación ésta dentro del imaginario cristiano ya en sus comienzos.
Nos encontramos entonces con dos S. Jorge, el original, el gran mártir, y el posterior, el héroe que mata al dragón y además se convierte en mártir.
Más allá de estas dos formas de Santo, seguramente haya existido otro S. Jorge a caballo en el cristianismo oriental, Siria, Mesopotamia, Armenia, Georgia y Abisinia.
En Abisinia y en el arte copto encontrarnos quizás al S. Jorge más antiguo, a menudo con un demonio o una serpiente debajo de las patas del caballo. Seguramente no encontraremos en la alta edad media ningún S. Jorge entre ellos, dado que casi siempre aparecen sin nombre, es muy probable que S. Jorge haya existido ya antes de 1.100
En la arquitectura armenia se encuentra un texto que habla de los ángeles armados y a caballo así como un relieve representando a Ahura Mazda a caballo haciendo honores al rey sasánida. Está claro que el mazdeísmo persa influyó en el imaginario religioso cristiano y que el mártir-santo llegó por esos caminos.
Podemos decir, que en el retablo de S. Jorge y el Dragón de la Catedral de Estocolmo, se conjugan perfectamente y con total armonía, los elementos más importantes que hemos analizado en el presente trabajo. La escultura central, S. Jorge, representa al héroe «histórico y político» del momento: fuerte, valiente, caballeroso y fiero, arremetiendo con su lanza con el mortal enemigo: danés. En los paneles laterales de la escultura se reflejan distintos aspectos, esta vez legendarios, de la vida del Santo.
La escultura está realizada en madera de roble policromada y cuernos de alce, y es uno de los más bellos retablos del siglo XV sueco.
Este impresionante grupo escultórico se cierra con la imagen de la Virgen, que en este caso representa a la mujer de ,-Sten Sture. De este modo, el Santo-Rey, libera, no solamente a la su mujer, sino a todo un pueblo de la esclavitud y el sometimiento. Un hermoso canto a la libertad y a la lucha contra el mal, elementos ambos bien enraizados en el alma sueca.
Glosario Teosófico: HPB
Nya Sankt Görans Studier – Rossval Riddar
Sankt Göran – Rossval
Notas
[1] Existe otro bello ejemplo de S. Jorge en la Torre del ayuntamiento de Estocolmo (Stadhuset), obra realizada por Christian Eriksson.
[2] La rueda ha sido un símbolo solar en las distintas civilizaciones. Por ejemplo, en la Catedral de Chartres, la encontramos simbolizada en sus rosetones.
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